"Bienaventurados los pacificadores, porque serán
llamados hijos de Dios" Mateo 5:9
Imagina dos escenas.
Primera: Cristo en el cielo defendiéndote y actuando como tu Abogado delante de
Dios. "...Si alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre, a
Jesucristo, el justo" (1 Juan 2:1). Segunda: Tú en la tierra, acusando a
alguien. La Biblia
llama a Satanás "...el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba
delante de nuestro Dios día y noche" (Apocalipsis 12:10). ¿En qué bando
estás? A lo mejor dices: 'Pero me enteré de eso por casualidad'. A lo mejor no
oyes bien a Jesús porque no estás sintonizando la frecuencia correcta. Él dijo:
"Yo soy la vid y vosotros las ramas. El que permanece en mí, como yo en
él, dará mucho fruto..." (Juan 15:5 CST). El fruto al que se refiere aquí
Jesús es el "buen" fruto. Y añade: "Bienaventurados los
pacificadores..." (Mateo 5:9).
¿Qué es lo contrario de ser pacificador? ¡Ser agitador! Los agitadores son
personas que por lo general están turbadas, tienen complejos y problemas
emocionales y se pasan la vida incitando a los demás. Cuando ven un tapiz,
tiran del hilo para deshacerlo. Algunos lo hacen deliberadamente; otros sin
darse cuenta. Cuando tu vida carece de gozo, te cuesta celebrar las alegrías de
otros. Para ser un pacificador, debes cortar el conflicto, la crítica y la
queja en el momento mismo en el que asomen. Trata de cambiar la conversación
con tacto y si fuera necesario, habla con la persona a quien le gusta
chismosear. En el mejor de los casos, la ayudarás a cambiar; y si no, al menos
se pensará dos veces lo que te va a decir.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")