“Después de haber orado
por sus amigos, el Señor hizo prosperar de nuevo a Job.” Job 42:10
¡Qué extraordinaria promesa la que contiene este versículo! Nuestras
aflicciones más largas tienen su fin, y la infelicidad más profunda su fondo
también. El frío del invierno no durará para siempre; pronto veremos la sonrisa
del verano. La ola no estará siempre en eterno reflujo, el flujo siempre le
sigue. La noche no tenderá su manto para siempre sobre nuestras almas; el sol
se levantará trayendo sanidad en sus rayos. El Dios que cambió la cautividad de
Job puede cambiar la tuya como los arroyos en el desierto. Él hará que su viña
florezca y que sus campos den fruto otra vez.
La oración intercesora de Job fue la señal del retorno de su perdida
grandeza. Fue como el arco iris en las nubes y como la paloma enviada por Noé
que trajo la rama de olivo. Cuando el alma de Job comenzó a ensancharse en
santa y amorosa oración intercesora por sus amigos pecadores, el corazón de
Dios se manifestó devolviéndole la prosperidad y dándole aliento interior a su
ser.
Recuerde que la oración
intercesora es la más dulce de las oraciones que Dios pueda escuchar. ¡Y qué maravillas las que tal oración ha logrado! La oración intercesora
ha detenido plagas. Puso fin a la oscuridad que había caído sobre Egipto,
expulsó las ranas que habían invadido la tierra, dispersó los piojos y las
langostas que afligieron a los habitantes de Zoan, hizo cesar los rayos y los truenos,
y fue la causa también de todas estas plagas que la mano vengadora de Dios
había enviado sobre faraón y el pueblo egipcio. Sabemos que la oración
intercesora sanó enfermedades en la época de la iglesia naciente. Tenemos
evidencia de su eficacia en los tiempos mosaicos. Cuando María, la hermana de
moisés, recibió la maldición de la
lepra, Moisés oró por ella y la lepra desapareció. La oración intercesora
también ha levantado muertos, como cuando el profeta Elías se echó siete veces
sobre el cuerpo de un muchacho, el chico estornudó y su alma regresó a su
cuerpo. ¡Sólo la eternidad nos revelará cuántas almas se salvaron por causa de
la oración intercesora! No hay nada que la oración intercesora no pueda lograr.
Creyente, tiene una fuerza poderosa a la mano, úsela bien, úsela
constantemente, úsela ahora con fe, y con toda seguridad saldrá avante.
ORACIÓN. Espíritu Santo, moldea mi vida hasta que me convierta en un intercesor.
Amén.
CHARLES SPURGEON -
(Devocional diario "LA
ORACIÓN ")


