"Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no
tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis
perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que
cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción
repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán" 1 Tesalonicenses 5:1-3
Los juicios de Dios
golpean repentinamente, pero no sin previo aviso. Dios prometió no hacer nada,
incluyendo enviar juicio, sin decirle a Sus profetas lo que va a suceder:
"Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus
siervos los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el
Señor, ¿quién no profetizará?" (Amós 3:7-8). Dios prometió que una
trompeta sonaría, que Él rugirá como león para despertar a Su pueblo antes del
juicio. "Y Jehová será visto sobre ellos, y su dardo saldrá como
relámpago; y Jehová el Señor tocará trompeta, e irá entre torbellinos del
austro" (Zacarías 9:14).
Dios toca la trompeta, un estruendo resonante, una
advertencia, a través de la voz de Sus atalayas y profetas. Pablo advirtió:
"He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos
transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final
trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados
incorruptibles, y nosotros seremos transformados" (1 Corintios 15:51-52).
"A la final trompeta" sugiere que hubo otros sonidos de trompeta.
Creo que poco antes de que el cambio acontezca, "en un abrir y cerrar de
ojos", el Espíritu Santo tendrá listos a Sus atalayas en sus puesto, todos
mirando ojo a ojo, todos dando el último llamado, ¡la última advertencia!
No es de extrañar que
Pablo escribiera estas palabras a la iglesia de Tesalónica. ¿Por qué estos
hermanos sabían muy bien que el día del juicio de Dios vendría repentinamente?
La iglesia en Tesalónica era cerca de seis meses de edad cuando esta carta fue
enviada. Probablemente Pablo, junto con Silvano y Timoteo, había predicado
acerca de Noé, de Lot, y de la destrucción repentina de Israel; ellos tenían
los mismos ejemplos del Antiguo Testamento que tenemos hoy. Pablo estaba
diciendo: “Es perfectamente claro que los juicios de Dios caerán
repentinamente, ¡como un ladrón en la noche! Sin embargo, ningún creyente
debería estar sorprendido”. Aquel día no debería ser una sorpresa para el
pueblo de Dios. Debemos saber cómo obra Dios, porque nosotros tenemos Su
registro.
DAVID WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


