"No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse
de nuestras debilidades..." Hebreos
4:15
El Dr. Joseph Parker
dijo a sus estudiantes: 'Predicad a los que sufren y nunca os faltará
congregación. En cada banco de la iglesia hay un corazón herido'. No dejes de
compadecerte, porque no puedes sanar un corazón herido a menos que te
identifiques con él primero. La
Biblia dice: "No tenemos un sumo sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras debilidades" (Hebreos 4:15). Cuando pierdes el
roce con la gente, no eres bueno a la hora de ministrarlos. Jesús iba buscando
a los leprosos, a los fracasados, a los marginados, a los perdidos y a lo más
bajo de la sociedad. Y se sentía cómodo entre ellos. ¿Lo estás tú? Servir a
otros es, de hecho, bueno para la salud.
Una encuesta llevada a
cabo en 44 universidades importantes revela que dar a otros protege la salud el
doble de lo que una aspirina protege el corazón de enfermedades. El Dr. Stephen
Post, que dirigió la encuesta, afirma:
'Dar es la fuerza más potente del planeta y te protegerá toda la vida'. Los
beneficios que tiene la compasión para tu salud física son tan fuertes que si
ésta no fuera gratuita, la industria farmacéutica anunciaría el descubrimiento
de una nueva y estupenda medicina llamada "Darmás", en lugar de
"Prozac". Damos por distintas razones: para desgravar en la
declaración de la renta, para dar una buena imagen y que la gente piense bien
de nosotros, o porque nos sentimos presionados a hacerlo. Puedes dar sin amar,
pero no pues amar sin dar. Tienes que compartir tu tiempo, talento y recursos
con otros. Si no lo haces, ni eres feliz, ni santo ni sano.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")