“No paguéis a nadie mal por mal.” Romanos 12:17
Algunos
creen que la ley del Antiguo Testamento de “ojo por ojo, diente por diente”
(Éx. 21:24) permite la venganza personal. Pero no se refiere a eso. En realidad
quería decir que la severidad del castigo jurídico no debe exceder a la
severidad de un delito. En otras palabras, si alguien le saca un ojo a otra
persona, no se le puede castigar más allá de la pérdida de su propio ojo.
La autoridad para vengar injusticias civiles y
criminales corresponde por mandato divino solamente a los gobiernos. Dios prohíbe
que exijamos venganza personal. El apóstol Pedro resumió el principio de esta
manera: “Finalmente, sed todos de un mismo sentir… no devolviendo mal por mal,
ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que
fuisteis llamados para que heredaseis bendición” (1 P. 3:8-9)
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)