sábado, 19 de julio de 2014

La soledad del liderazgo 19 julio




"...la carga... no tendrás que llevarla tú solo"  (Números 11:17 CST)


Moisés oró al Señor: "¿Por qué... me obligas a cargar con todo este pueblo?" Dios le respondió: "...Tráeme a setenta ancianos... y compartiré con ellos el Espíritu que está sobre ti... para que te ayuden a llevar la carga... Así no tendrás que llevarla tú solo" (Números 11:11, 16-17 CST). Identifica tus puntos fuertes y delega el resto a quienes sean mejores que tú en algo. Todo líder es responsable de áreas en las que tienen poca o ninguna competencia. Pero cuando intentan ejercer autoridad en esos ámbitos, son un estorbo para todo y para todos los que están a su cargo. Hablando claro, hay cosas bajo tu área de responsabilidad que no se te dan bien y en las que no deberías inmiscuirte, sino cedérselas a otros.


¿Por qué nos cuesta tanto hacerlo?


1) Por orgullo. El éxito intoxica y quienes se intoxican no piensan claramente. Pensamos que somos mejores de lo que somos. Admitir que hay áreas débiles no te hace menos eficiente; sólo confirma lo que ya saben todos a tu alrededor.

2) Por ignorancia. Nos sentimos mal por delegar las áreas en las que somos débiles porque consideramos que todo el mundo odia hacer lo que nosotros odiamos. Pero no es así; tus puntos débiles pueden ser los puntos fuertes de alguien y con ellos se podrán destacar; es decir, tus limitaciones son sus oportunidades.

3) Por independencia. Nos pensamos que si el trabajo se tiene que hacer "bien", debemos hacerlo nosotros. Sin embargo, el liderazgo no consiste únicamente en que se lleven a cabo las cosas, sino que sean hechas por los más aptos. Si no encuentras a nadie que realice ciertas tareas, ¡mírate en el espejo! Tus subordinados están donde tú les has dejado llegar. Si no tienes a nadie en quien delegar ciertas cosas, adivina: ¿quién tiene que cambiar?


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN