“Ya no andéis como los otros gentiles, que andan
en la vanidad de su mente.” Efesios 4:17
La
salvación es, ante todo, un cambio de manera de pensar. El apóstol Pablo les
dice a los creyentes: “Vosotros no habéis aprendido así a Cristo” (Ef. 4:20).
El cristianismo es cognoscitivo antes de que sea experimental. Una persona
tiene que considerar el evangelio, creer en sus hechos históricos y en las
verdades espirituales, y entonces recibir a Cristo como Salvador y Señor.
El primer
paso en ese proceso es el arrepentimiento, que significa que se piensa de
manera diferente de lo que se pensaba acerca del pecado, de Dios, de Cristo y
de la propia vida de uno. La palabra
griega para “arrepentirse” significa “cambiar la mente de uno”. Como se
emplea en el Nuevo Testamento, siempre se refiere a un cambio de propósito,
específicamente un abandono del pecado.
Ese cambio
debe resultar en un cambio de conducta, que también se basa en la mente. En el
versículo de hoy, Pablo dice que el no regenerado vive “en la vanidad de su
mente”. Proverbios 23:7 dice: “Cual es su pensamiento en su corazón, tal es
él”. Así que, cuando piensa de manera diferente, usted actuará de manera
diferente.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)