domingo, 1 de junio de 2014

No basta con desear algo 1 junio




“Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.”  Santiago 5:16-18


Con media docena de amigos en su casa para jugar fútbol en el patio, Nicolás se dispuso a servir la pizza con doble queso de la Pizzería Fazio. Al entrar en la casa, se acomodaron alrededor de la mesa de la cocina, esperando la comida.

Después de media de hora de gruñidos por los estertores del hambre, a uno de los amigos por fin se le ocurrió decir:

—Eh, chico. ¿Estás seguro de que pediste la pizza?

Nicolás puso cara de preocupado.

—Umm —dijo por fin—, ¿qué les parece si vuelven al patio y juegan uno o dos partidos más?

Te tengo una noticia importante: La pizza no aparece a menos que hagas una llamada telefónica imprescindible.

Sucede lo mismo con los amigos que quieres que confíen en Cristo. Los deseos no son oraciones. Hasta que ores, no has hecho la cosa imprescindible que hace que alguien acuda a Jesús.

¿Tienes alguna idea acerca de los momentos y lugares para orar por tus amigos?

Aquí van algunas sugerencias para que llegues a ser "uno que ora" efectivamente:

1. Como familia, reserven regularmente un momento semanal para orar por los amigos y familiares no creyentes.

2. Ora a solas cada día por uno o dos amigos no creyentes.

3. Junta un pequeño grupo de amigos en la escuela o iglesia para orar regularmente por los no creyentes.

4. Cada vez que te reúnes con tus amigos creyentes, pídele a Dios que haga crecer tu grupo agregando a no creyentes que aprenden a confiar en Cristo.

5. Participa con otros creyentes en tu escuela o tu vecindario en una "caminata de oración". Ora al caminar por los lugares donde se juntan los chicos.

Orar no es tu única responsabilidad. Puedes orar por tus amigos hasta quedarte ronco, pero no lo hagas porque tarde o temprano necesitarás tu voz para compartir con ellos las buenas nuevas de Jesús.

La petición más importante que puedes hacer al orar es que tus amigos no cristianos tengan la oportunidad de escuchar y responder a las buenas nuevas. Puedes elevar esa petición por los que tienes cerca y por los que están lejos. ¡Es la acción importantísima que puedes realizar para ganar a otros para Jesús!


JOSH MCDOWELL - (Dev. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)







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