"...si éstos callaran, las piedras clamarían" (Lucas
19:40 RVR 1960)
Se dice que cuando los
científicos analizan la "materia" que compone el universo, ésta
contiene ciertas moléculas musicales. Cuando los fariseos trataron de silenciar
a los que alababan al Señor, Jesús les dijo: "...Si éstos callaran, las
piedras clamarían" (Lucas 19:40 RVR1960). La Biblia habla de árboles que
aplauden en alabanza y de océanos y montañas que exaltan a Dios. Toda la
creación está hecha para adorarlo. Y cuando no lo haces, no te conectas con
Dios y tienes un vacío interior que nada puede llenar. David dijo: "Suba
mi oración delante de ti como el incienso, el don de mis manos como la ofrenda
de la tarde" (Salmo 141:2). El término hebreo aquí traducido como
"oración", significa en realidad "cántico de alabanza" y la Biblia lo usa 72 veces en
este contexto. Así que empieza a alabar a Dios.
El Arca del Pacto representaba tres cosas: la victoria, la
guía divina y la presencia de Dios. No es de extrañar, entonces, que
Israel se sintiera perdido sin ella. Observemos cómo celebraron la recuperación
del Arca del campamento de manos de sus enemigos filisteos: "David y todo
Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas, con cánticos,
arpas, salterios, tamboriles, címbalos y trompetas" (1 Crónicas 13:8).
Fijémonos en las palabras "con todas sus fuerzas". ¡Acabemos con la
alabanza blanda y apática! Pon todo tu corazón en la ella, porque te lleva a la
intimidad con Dios. En la reconstrucción de Jerusalén, el papel de los cantores
fue tan vital para el éxito de la operación como el de los soldados y
albañiles. De hecho, su función era tan crucial, que les pagaban para que lo
hicieran (Nehemías 11:23-24). ¡Ponte a alabar a Dios!
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


