Y… ¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE …?
Por el Dr. Miguel Núñez
Últimamente hemos visto un aumento exagerado de las cirugías plásticas
para mejorar nuestra apariencia. Estas se han hecho parte de nuestra cultura de
tal manera que ni siquiera nos detenemos a reflexionar acerca de la opinión de
Dios sobre estos procedimientos. Aunque no queremos ser dogmáticos, ni
legalistas, sí queremos contribuir a hacer a pensar al cristiano antes de
someterse a un procedimiento como son estas cirugías. Para esto presentamos
diez preguntas que todo cristiano debiera responder antes de decidir someterse
a una cirugía plástica.
1) ¿Cuándo comienza la cirugía
plástica a ponerse de moda? Estamos viviendo en una sociedad altamente hedonista, materialista,
competitiva y obsesionada con la apariencia del cuerpo; y es en estos años que
la cirugía plástica toma fuerza. Hoy en día vemos una proliferación de cada uno
de los siguientes: gimnasio, dietas, masajes, tatuajes, cejas tatuadas,
exhibición del cuerpo, tanning con luz ultravioleta; escotes bajitos,
pantalones a la cadera o aún por debajo, etc. El hombre y la mujer de esta
generación ha aprendido a idolatrar su cuerpo, y esa influencia está siendo
pasada al cristiano. Tenemos que cuidarnos de no ser empujados por la cultura o
por la moda, porque lo que hoy comienza por un simple "levantamiento del
busto”, mañana será otra cosa; la carne no se cansa de pedir.
2) ¿Quién está pidiendo y deseando
esta cirugía? ¿La
carne o tu espíritu? ¿La esposa o el esposo? ¿La fe cristiana o la cultura que
nos rodea? ¿Cristo o mi carne? Recuerda que la voluntad de la carne es
contraria a la voluntad del Espíritu (Gá. 5:16-17).
3) ¿Te haces esta operación para
sentirte mejor? Si
la respuesta es afirmativa, esto implicaría que estás poniendo tu énfasis en el
cuerpo o en el qué dirán, cuando en realidad tu sentido de valor debe estar
dado por la persona de Jesús y tu relación con Él más que por la forma como luces.
4) Si a una corta edad comienzas a
sentirte mal por la forma como luce tu busto, u otra parte de tu cuerpo; ¿cómo te vas a sentir a los 50-55
años cuando tendrás ciertas arrugas en lugares más visibles, y otros cambios
hormonales? Si no aprendemos a aceptar los cambios naturales que ocurren como
producto de tener cuerpos caídos, nos iremos a la tumba insatisfechos y por
tanto sin agradecimiento a Dios.
5) ¿No podía Dios hacer que el busto permaneciera sin cambiar, después
del embarazo y que la mujer se fuera a la tumba con un busto joven? Claro, pero
no lo hizo. ¿Por qué? Porque Dios sabe que si ese es nuestro énfasis, nuestra
mira está en el blanco equivocado. Y en segundo lugar eso es parte de las
consecuencias de la caída del hombre que tenemos que aceptar.
6) Si Cristo hubiese tenido una hija, ¿le recomendaría Cristo a su hija
que se arreglara el busto para lucir mejor o porque “la competencia está dura”,
como dicen coloquialmente?
7) ¿No debiera el esposo aprender a amar incondicionalmente a través de
los cambios que Dios opera en el cuerpo de su esposa con el paso de los años?
Esto es parte del instrumento que Dios usa para enseñar al esposo lo que es el
amor incondicional y para enseñarnos que la atracción física que nos unió a
nuestro cónyuge tiene que darle paso a la atracción por su ser interior,
cultivado por el Espíritu Santo. El esposo que no aprende eso ha permanecido en
la infancia espiritual.
8) ¿Se preocupa el cristiano tanto por cómo luce su cuerpo físico como
por cómo luce su espíritu? Creemos que esto le duele a Dios. Probablemente si
el hombre estuviera tan obsesionado con el estado de su espíritu como lo está
con su apariencia física, posiblemente no estaría tan preocupado por su
apariencia.
9) ¿Es la cirugía plástica una forma sabia de invertir los recursos de
Dios?
10) ¿Por qué me siento mal con el envejecimiento de mi cuerpo que es
parte del diseño de Dios? ¿Es esto falta de aceptación de lo que Dios ha
planeado?
Creemos que ningún cristiano debe someterse a una cirugía plástica
simplemente para lucir mejor, sin antes meditar en estas preguntas, y en las
respuesta que les de.


