martes, 13 de mayo de 2014

VIDA PLENA EN EL AMOR 13 mayo

VIDA PLENA EN EL AMOR


Por Faustino de Jesús Zamora Vargas






“Anden en amor, así como también Cristo les amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma.” Efesios 5:2


“El SEÑOR tu Dios está en medio de ti, Guerrero victorioso; Se gozará en ti con alegría, En Su amor guardará silencio, Se regocijará por ti con cantos de júbilo.” Sofonías 3:17


El corazón que se ha rendido a Cristo necesita expresar el amor. No puede estar quieto e indiferente. El gozo del Señor es la expresión de Su amor a través de un corazón que ha experimentado un toque especial del Espíritu. El conocimiento del amor de Dios es una experiencia sobrenatural que sana y fortalece, que transmite una paz y alegría que no podemos ocultar y que necesitamos compartir. Al cristiano se conoce por la manera en que refleja en su vida el amor de Dios al permanecer en Cristo. Dios no escatimó para entregarnos su más preciosa ofrenda de amor en su hijo amado. La salvación del mundo a cambio de su sangre, su vida por la nuestra, su muerte por nuestra vida, su resurrección para un nuevo nacimiento del hombre pecador. Vida plena en Cristo es certeza de una esperanza nueva, de una forma de amar nueva.

El amor que en nosotros ha crecido por la gracia de Dios puede hacer milagros, generar maravillas, vestir de misericordia el alma cuando la incredulidad se asoma por la ventana de nuestras pasiones humanas. Es el amor “cubrelotodo” de Dios que nos eleva a unas alturas donde todo sobreabunda. Nuestro problema estriba en que no sabemos cómo compartirlo. Nos amamos demasiado para optar por el sacrificio en favor de los demás. ¿Amar al prójimo como a uno mismo? Puro altruismo para el mundo de hoy buscando gloria para sí, materia pendiente para muchos cristianos.

Cristo vive para que tengamos vida junto con Él y aprendamos a amar al estilo de Él, no para exhibirlo en la vitrina de la religiosidad procurando colmar vacíos e insuficiencias que sólo Él puede llenar. Al doble rasero intencional de los fariseos al preguntarle por el mandamiento más importante, el Señor “…respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. (Lc 10.27)

¿Dónde está el amor para mi hermano? El apóstol Juan escribía: En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos. (1 Jn 3.16)

Vida plena en amor no es amor para guardar ni atesorar, sino para sustituir el “yo” por el “nosotros”. Intentar mirar al mundo con los ojos de Dios resulta difícil, pero hemos sido llamados a compasión, a mover esos resortes interiores que la mano de Jesús activó para que le diéramos gloria a su nombre colocándonos en el lugar de los demás. Toda la sangre de Cristo cabe en una copa de abrazo fraterno al necesitado de amor, al que clama por salud en enfermedad, a la madre que llora por un hijo, al desahuciado sin otra opción que su propia desgracia. El mundo podría creer si nosotros llevamos una vida de amor. Plenitud en Cristo, es abundancia de amor. ¡Compártelo!






VIDA PLENA EN EL AMOR (PARTE 2)


Por Faustino de Jesús Zamora Vargas


“Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.”  1 Juan 4:7


“Porque Tú eres mi roca y mi fortaleza, y por amor de Tu nombre me conducirás y me guiarás.”  Salmos 31:3


El inventor del amor miró desde el cielo y rasgó sus vestiduras. Vio a la corona de su creación en la confusión que trae la liberalidad y encontró un tipo de fe extraña, como tejida con alguna fibra sintética, plástica, vacía de amor. Fue un solo mandamiento lo que dejó a los hombres y parece que cada vez es más difícil de cumplir. Mientras el hombre pone el fundamento de su vida en conocerse y amarse a sí mismo como primer paso para ser feliz, el Señor recuerda que para experimentar gozo y felicidad, lo esencial es conocerle a Él y conocer de su amor. El Señor nos habla a través del profeta Jeremías:-“Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy el Señor, que actúo en la tierra con amor, con derecho y justicia, pues es lo que a mí me agrada—afirma el Señor—.” (Jer 9. 24).

Así las cosas. Si la gloria tiene un significado para nosotros en la tierra, busquémosla en el conocimiento de TODO lo que Él es, en la bendita aventura de experimentar su amor. Y todavía más; el Señor pareó la vida eterna con el conocimiento de Él: “Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo a quien has enviado” (Juan 17.3). El Dios que puso nombre a las estrellas, arregló en su agenda divina un espacio para llamar tu atención, para que le conocieras y descubrieras su amor a través de Jesús. Mientras el humanismo le dice al hombre que tiene su éxito garantizado si primero aprende a conocerse y a amarse a sí mismo, Dios te susurra al oído y te invita a ser parte de Su vida para que conozcas el verdadero amor. Amarle a Él será el primer paso para que te redescubras amando a los demás como nunca lo experimentaste. No se puede amar a los demás –como quiere el Maestro- si primero no descubrimos su amor. Si en realidad le amamos es porque primero nuestro corazón tuvo un encuentro con Jesús. “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1 Juan 4.19).

El mundo nos juzgará en la medida que expresemos el amor aprendido de Dios a través de Jesús. Las doctrinas, los estudios bíblicos y la erudición en materia teológica no significan nada para el mundo si no mostramos en la práctica que el amor es todo lo que dice 1 Corintios 13:4-7 (paciente, bondadoso, no egoísta, no orgulloso, ni rencoroso, no envidioso, ni jactancioso, que todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta…).

Uno de los más notables problemas de la iglesia (nosotros) no radica por lo general en el contenido de su mensaje cristiano, sino en poner en práctica lo que se predica, lo que hemos aprendido sobre el amor de Dios. No hemos sido capaces de influenciar poderosamente la cultura secular con la cosmovisión cristiana. En la práctica sucede lo contrario; es la iglesia la que se deja influenciar por las tendencias de moda y los gustos del mundo. ¿Por qué? Porque no hemos aprendido a dar el amor que hemos recibido de Dios. Trabajamos arduamente para que la gente decida por Cristo, pero no los amamos lo suficiente para que den el salto de la “decisión” a la “conversión”. Eso se logra intercediendo para que el Espíritu obre y ofreciendo una buena dosis del amor que hemos recibido de Dios en Cristo Jesús. Tú y yo somos instrumentos de Dios para mostrar el amor que no se extingue, ni cesa, porque proviene del Señor. El gozo viene del amor de Dios y por eso es nuestra fortaleza. Eso es vida plena en el amor: dar a otros del amor de Dios. ¡Dios te bendiga!


"Vida plena en el amor (Parte 2)" es parte de la serie: "Vida plena en Cristo"

En esta serie de meditaciones y devocionales los esposos Faustino de Jesús y Milagros García que pretende exponen los significados de experimentar una vida no sólo abundante, sino plena en el Señor. Contiene breves reflexiones sobre el significado y la trascendencia de vivir en Cristo, sea nuevo creyente o un cristiano maduro en constante crecimiento espiritual. Rogamos a nuestro Señor que estas sirvan a la edificación de su iglesia y que su aplicación práctica sea una realidad en la vida de cada uno de nuestros hermanos y amigos de León de Judá.










TRADUCCIÓN