"Venid
y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos
vendará." Oseas 6:1
El modo de actuar del Señor es arrebatar antes de
sanar. Este es el honesto amor de Su corazón, y la certera cirugía de Su mano.
Él también hiere antes de vendar, pues de lo contrario sería una obra incierta.
La ley precede al Evangelio; el sentido de necesidad precede a la satisfacción
de esa necesidad. ¿Está el lector bajo la convincente y estrujadora mano del
Espíritu? ¿Ha recibido el espíritu de esclavitud para temer otra vez? Esta es
una saludable situación preliminar para recibir realmente salud y curación del
Evangelio.
No desesperes, querido corazón, sino acude presuroso
al Señor con todas tus espeluznantes heridas, tus moretones, y tus llagas
supurantes. Únicamente Él puede sanar, y se deleita en hacerlo. El oficio de
nuestro Señor es vendar el corazón quebrantado, y lo hace con extrema maestría.
No nos demoremos, sino que debemos regresar de inmediato al Señor del que nos
hemos alejado. Mostrémosle nuestras heridas abiertas, y supliquémosle que
reconozca Su propia obra y que la complete. ¿Acaso un cirujano hace una
incisión y luego abandona al paciente para que sangre hasta su muerte? ¿Acaso
el Señor derribará nuestra vieja casa, y luego rehusará construir una mejor
casa para nosotros? ¿Acaso Tú incrementas desconsideradamente la miseria de las
pobres almas ansiosas? Lejos de Ti el hacer tal, oh Dios.
CHARLES SPURGEON -
(Devocional "MEDITACIÓN DE HOY")


