“El reino de los cielos es semejante a un tesoro
escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso
por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.” Mt 13:44
El apóstol
Pablo tuvo una vida compleja antes de ser cristiano (Fil. 3:4-6). Él trató de
cumplir todas las leyes y tradiciones del judaísmo. Trató de hacer varias obras
que esperaba se le acreditaran a su cuenta. Pero en todas sus búsquedas,
buscaba algo que no podía encontrar. Entonces un día, en el camino hacia
Damasco, fue confrontado por el Cristo
vivo y comprendió que Él era todo lo que Pablo había estado buscando.
Pablo
describe el cambio que hizo: “Cuantas cosas eran para mí ganancia, las he
estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las
cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi
Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar
a Cristo” (Fil. 3:7-8). Cuando Pablo conoció a Cristo, comprendió que todo lo
que estaba en su balance como activo era en realidad pasivo. Halló que Cristo
era todo lo que necesitaba.
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)


