"...Tenemos buena conciencia, ya que deseamos conducirnos
bien en todo" Hebreos 13:18
Las alarmas contra
incendios tienen un interruptor interno que se dispara con un rayo de luz.
Mientras el receptor fotosensible recibe la luz de manera ininterrumpida, el
detector no hace nada. Pero si humo, o humedad o un insecto obstruyen el rayo,
aunque no sea más que un instante, salta la alarma. Hacer caso a la alarma
puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. La conciencia funciona
con el mismo principio. Cuando el pecado obstruye la conexión entre tú y Dios,
tu conciencia señala que algo no va bien. En ese momento deberías darle gracias
a Dios por revelártelo; sólo un insensato apagaría la alarma o seguiría dormido
mientras suena. Aunque ciertas cosas no son "malas" en sí mismas, tal
vez sean malas para ti a causa del futuro que Dios tiene en mente. Es decir,
que hay cosas que otros pueden hacer que tú no puedes.
Así que en lugar de ser obstinado, alégrate sabiendo que Dios
tiene algo grande preparado para ti. Un proverbio francés dice: "No
hay almohada más mullida que una conciencia tranquila". Escuchar a tu
conciencia te impedirá elegir el camino equivocado. Y si con todo y con eso
decides encaminarte por él, tu conciencia seguirá redarguyéndote. Si te haces
la siguiente pregunta tomarás las decisiones adecuadas: '¿Cómo va a afectar
esto mi confianza delante de Dios?' La Biblia dice: "...Si nuestro corazón no nos
reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidamos la
recibiremos de Él, porque... hacemos las cosas que son agradables delante de
Él" (1 Juan 3:21-22).
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no
descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra.. ." (Isaías
62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


