"...Señor, enséñanos a orar..." Lucas 11:1
Al oír orar a Jesús,
los discípulos le pidieron: "Señor, enséñanos a orar" (Lucas 11:1).
Es poco probable que Jesús quisiera enseñarles una oración repetitiva, puesto
que ya les había dicho: "Y al orar no uséis vanas repeticiones, como los
gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos" (Mateo 6:7). Su
respuesta fue mucho más que una fórmula; les estaba enseñando principios de
oración eficaces y poderosos. Veamos
cómo nos podemos beneficiar de ellos. William Barkley expuso: "La oración
del Padrenuestro tiene dos partes: la primera bendice a Dios, la segunda a
nosotros. Si cuidas de la primera parte, la segunda está garantizada".
La oración comienza con
"Padre Nuestro". Tiene que ver con Su familia, tanto individual como
colectivamente. Jesús usó el plural "nosotros" y "nuestro"
para indicar que la oración es algo plural, donde oramos con alguien y por
alguien, no sólo por nosotros. También nos enseña el poder que hay en ponernos
de acuerdo en oración (Mateo 18:19). Antes de pedirle nada, tenemos que
reconocer la paternidad de Dios, porque la oración tiene que ver con:
a) las relaciones: el Padre y Sus hijos, aquellos que
han sido redimidos por fe en la sangre de Su Hijo unigénito. Ésa es la base de
confianza en la que estás afirmado cuando oras;
b) la sumisión. Los discípulos de Jesús comprendieron
que la paternidad implicaba autoridad y dirección. La oración no es un intento
de hacer que Dios se ponga de acuerdo con tu voluntad, sino de ponerte tú de
acuerdo con la Suya
y con Su palabra. Él es un guardador de promesas, no un padre indulgente.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no
descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra.. ." (Isaías
62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")