“Prosigo, por ver si logro asir aquello para lo
cual fui también asido por Cristo Jesús.” Filipenses 3:12
El
crecimiento espiritual no es un ejercicio intermitente; debe ocupar todo el
tiempo. En realidad, la palabra griega para “prosigo” se empleaba para
describir a un corredor de carreras cortas, y se refiere a un enérgico
esfuerzo. Pablo estaba corriendo con
todas sus fuerzas, distendiendo todos los músculos espirituales a fin de ganar
el premio (cp. 1 Corintios 9:24-27). También dijo que debemos pelear “la buena
batalla de la fe” (1 Timoteo 6:12)
Esa
perspectiva no estaba limitada a Pablo. El autor de Hebreos escribió:
“Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con
paciencia la carrera que tenemos por delante” (He. 12:1).
Nuestra
búsqueda vitalicia es ser semejantes a Cristo. El correr esa carrera exige el
máximo esfuerzo en el uso de los medios de gracia Dios nos ha dado.
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)