"Yo
iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de
bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos." Isaías 45:2
Esto estaba dirigido a Ciro; pero es para siempre la
herencia de todos los propios siervos espirituales del Señor. Sólo hemos de
seguir adelante por fe, y nuestro camino será allanado para nosotros. Las
torceduras y las curvas de la astucia humana y de la sutileza satánica serán
enderezadas para nosotros; no necesitaremos pisar sus tortuosos recovecos. Las
puertas de bronce serán quebrantadas, y los cerrojos de hierro que las aseguran
serán hechos pedazos. No necesitaremos arietes ni barras de hierro: el propio
Señor hará lo imposible por nosotros, y lo inesperado será un hecho.
No
hemos de quedarnos paralizados, sumidos en un miedo cobarde. Hemos de esforzarnos en el sendero del deber, pues el Señor lo ha dicho:
"Yo iré delante de ti". No nos corresponde a nosotros razonar por
qué; nuestra responsabilidad es atrevernos y proseguir adelante. Es la obra del
Señor, y Él nos habilitará para llevarla a cabo: todos los impedimentos habrán
de ceder delante de Él. ¿Acaso no ha dicho: "Quebrantaré puertas de
bronce"? ¿Qué cosa podría obstaculizar Su propósito o frustrar Sus
decretos? Aquellos que sirven a Dios tienen infinitos recursos. El camino está
allanado para la fe aunque esté trancado para la fuerza humana. Cuando Jehová
dice: "Yo haré", como lo hace dos veces en esta promesa, no nos
atrevemos a dudar.
CHARLES SPURGEON -
(Devocional "MEDITACIÓN DE HOY")


