“A ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan
sinceramente se interese por vosotros.” Filipenses 2:20
La historia
de la Iglesia
pudiera referirse a nuestra época como la del desastroso fracaso en el
liderazgo de la iglesia. Se han bajado las normas del liderazgo, y millares han
perdido trágicamente su camino.
¿Dónde
están los hombres piadosos y veraces? ¿Dónde están los humildes y
desinteresados modelos de virtud? ¿Dónde están los ejemplos de la victoria
sobre la tentación? ¿Dónde están quienes
nos muestren cómo orar y vencer las pruebas o la adversidad?
Tenemos una
iglesia estancada y deformada porque hemos perdido de vista a Cristo, su
Palabra y al Espíritu. Hemos perdido de vista nuestro claro ejemplo de crecimiento
en la vida del apóstol Pablo. Y hemos tolerado una norma de liderazgo más baja
que la permitida por la
Biblia. La esencia del cristianismo es ser más semejante a
Cristo. Se atenderán asuntos tales como las buenas relaciones, el servicio y la
evangelización si procuramos alcanzar esa meta santa.
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)


