“Yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero
una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo
que está delante.” Filipenses 3:13
Un atleta
que corre en una carrera debe fijar los ojos en algo que está delante de él. No
puede mirarse los pies o caerá de bruces. No puede distraerse con los otros
corredores. Tiene que concentrarse en la meta que tiene delante.
La notable
concentración de Pablo era el resultado de dos cosas. En primer lugar, optó por
olvidar “lo que queda atrás”. Eso incluye las cosas buenas y las malas. Quiere
decir que no debemos extendernos en las obras y las realizaciones virtuosas más
de lo que debemos pensar en los pecados y fracasos pasados. Lamentablemente, muchos cristianos están tan distraídos por el pasado
que no hacen ningún progreso actual.
En vez de
mirar al pasado, Pablo se concentró en el futuro. Al decir “extendiéndome”,
describe a un corredor que estira cada uno de sus músculos para alcanzar la
meta. Para hacer eso tiene que eliminar las distracciones y concentrarse solo
en la meta que tiene por delante. ¿Tiene usted esa concentración en su deseo de
ser semejante a Cristo?
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)


