“Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen.” Lucas 23:24
Jesús “no
amenazaba” a pesar de un increíble sufrimiento (1 P. 2:23). Lo escupieron, le
tiraron de la barba, le pusieron en la cabeza una corona de espinas y
atravesaron con clavos su carne para asegurar su cuerpo a una cruz. En
cualquier otra persona, semejante tratamiento injusto habría provocado
sentimientos de venganza, pero no en Cristo. Él era el Hijo de Dios, Creador y
Sustentador del universo, santo e inmaculado, con el poder de enviar a quienes
lo atormentaban al fuego eterno.
Pero Jesús nunca amenazó a sus verdugos con
juicio inminente; más bien los perdonó. Cristo murió por los
pecadores, incluso por quienes lo perseguían. Sabía que la gloria de la
salvación podía alcanzarse solamente por la senda del sufrimiento, de modo que
aceptó su sufrimiento sin amargura, sin enojo y sin espíritu de venganza. Que
pueda reaccionar usted de igual modo ante su propio sufrimiento.
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)