Cuando Dios dijo: “Aún
una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo” (Hebreos
12:26), estaba diciendo en esencia: “Sacudí la tierra en el Monte Sinaí. Pero
cuando hable en estos últimos días, Mi voz sacudirá ambos mundos, el natural y
el espiritual. La situación actual temblará; nada quedará igual. Todo lo que se
llame religioso, todo lo que sea de Cristo o de la iglesia, será sacudido por
la voz de Mi Hijo, hablando desde el cielo.”
Dios advirtió a Israel
que a todos los que rehúsen escuchar a Su profeta se les pediría cuentas: “Mas
a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le
pediré cuenta” (Deuteronomio 18:19). Él estaba diciendo: “Voy a seguir cada
desobediencia y tendrán que dar cuenta de cada una de ellas.”
Amado, ni nosotros escaparemos de la ira de Dios ni como
nación, ni como individuos. Y ahora mismo la voz de Jesús está sacudiendo cada nación,
haciendo que instituciones, líderes y economías tiemblen. Él está diciendo al
viento y a los elementos: “Soplen sobre la tierra.” Él está diciendo a las
nubes: “Retengan la lluvia.” Él está diciendo a las economías del mundo: “Toda
avaricia sea juzgada.”
Dios está también
ordenando: “Prisiones, estremézcanse. Gobiernos, estremézcanse. Sistemas
financieros, estremézcanse. Escuelas, estremézcanse. Fuerzas militares,
estremézcanse. Cortes y legislaciones, estremézcanse. Todo sobre la tierra,
estremézcanse hasta que no quede fundamento sino el Señor.”
No es el diablo quien
está sacudiendo todo. El mundo entero está siendo estremecido por la voz de un
Cristo victorioso. El Hombre en Gloria se ha levantado en poder sobre Su trono
y está hablando una palabra que está sacudiendo todo.
DAVID WILKERSON -
(DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)