"esperaré, hasta que llegue mi liberación" Job 14:14
Antes de que te rindas
y tires la toalla desanimado, considera el largo y difícil proceso que sigue
una mariposa para salir de su capullo. Si intentas acelerar el proceso y el
propósito de Dios en tu vida, producirás algo deforme e incapaz de echar a
volar. Quizás estés pensando: 'No veo la hora de que se acabe esto'. Es
comprensible. Job tampoco, sin embargo dijo: "Todos los días de mi vida esperaré,
hasta que llegue mi liberación" (Job 14:14). Por la gracia de Dios
sobrevivió y acabó recibiendo el doble de lo que había perdido. Espera, pues,
¡que ya llegará el cambio! Dios no te fallará; ¡no le falles tú! Ahora mismo se
está operando una transformación en ti. Está
muriendo algo que tiene que morir para que pueda nacer algo mejor. Deja que
suceda.
Sadrac, Mesac y
Abednego le dijeron al rey: "No serviremos a tus dioses" (Daniel
3:18). No te rindas ante la tentación, la manipulación o la persuasión del
impío. No intentes aparentar ser como los demás ni te entregues al afán del
egoísmo y del autobombo. No te rindas ante el espíritu de ansiedad y de impaciencia.
Sigue caminando por fe y no por vista sabiendo que "[Dios] es poderoso
para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o
entendemos." (Efesios 3:20). Se dice que lo bueno se hace esperar, pero el
factor determinante es en Quién esperas. Dios nos asegura que hay un propósito
en todas estas cosas (Eclesiastés 3:1). Espera, porque Dios hará encajar las
piezas del rompecabezas y no te defraudará.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no
descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra.. ." (Isaías
62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")