EL MEDIO DÍA PERFECTO
“Porque yo, el SEÑOR, no cambio.” (Malaquías 3:6a)
Vivimos en un mundo
que constantemente cambia. Tecnología innovadora, estilos a la moda, noticias
de último minuto -a veces parece que nada se mantiene igual-.
Sin embargo, las
Escrituras nos dicen que ¡el Señor nunca cambia! Él es el “mismo ayer, hoy y
siempre” (Hebreos 13:8). El Señor no es como las arenas que van de aquí allá.
Él es el mediodía perfecto. No hay sombra de verdad con nuestro Señor. El no
anda con desvaríos, dependiendo de la audiencia. Él es siempre verdad.
No puedo decir que
mis palabras siempre han sido verdad. De joven, en mis veintitantos, queriendo
impresionar a otros, a veces exageraba la verdad. Dios me mostró cómo mi
orgullo había sembrado una raíz de engaño en mi corazón. Por Su gracia, Dios me
concedió el arrepentimiento. Después de un tiempo, Dios quitó esas raíces de
engaño y las reemplazó por raíces de verdad.
Las victorias espirituales se ganan cuando hablamos la
verdad. En la vida
real, parece ser que las personas que engañan son las que ganan. Pero
Proverbios nos dice que a la larga, los efectos de las palabras de verdad serán
duraderos pero aquellos que engañan no durarán.
-
“El justo aborrece la falsedad” (Proverbios 13:5). Explica cómo tu propia vida
demuestra tu aborrecimiento o tolerancia a la falsedad.
- 2
Corintios 8:21 dice “pues nos preocupamos por lo que es honrado, no sólo ante
los ojos del Señor, sino también ante los ojos de los hombres.” Comparte de
algún momento en que dejaste una falsa impresión a propósito, aunque tus
palabras fueron verdad.
-
La exageración resalta detalles o engrandece las cosas para hacerlas más
interesantes. ¿A veces exageras tus logros? Si es así, ¿Por qué lo haces?
-
“Los labios mentirosos son abominación al SEÑOR, pero los que obran fielmente
son su deleite.” (Proverbios 12:22ª). Comparte un ejemplo en que tú (o alguien
a quien conoces) dijo la verdad -aunque fue dolorosa-.
NANCY LEIGH DEMOSS - (Dev. "EL PODER DE
LAS PALABRAS")