"Los preceptos del Señor son rectos. Dan luz a los ojos" (Salmos 19:8 NVI)
Al intentar esquivar
una tormenta, muchos pilotos acaban en otra todavía peor. Sin embargo, un
piloto cualificado para volar por instrumentos sabe meterse de lleno en ella.
Puede estar totalmente inmerso en niebla y aun así mirar al panel de control y
volar sin miedo. Pero para poder hacerlo se requieren muchas horas de
entrenamiento en simulacros de tormenta. Para él, las complicaciones ya son
normales; las ha pasado muchas veces y sabe qué hacer en caso de emergencia.
Sabe cómo utilizar la radio y recibir ayuda de las torres de control. Sabe cómo
permanecer en las señales de radio que entrecruzan el cielo para su seguridad.
La montaña que se vislumbra a lo lejos aparece primero en la pantalla del radar
del controlador, de modo que éste puede dirigir el avión y esquivarla. De
hecho, si un piloto no está cualificado en vuelos instrumentales, es ilegal que
vuele en una tormenta. ¿Por qué? Porque no se ha tomado el tiempo necesario o
no se ha preocupado por hacer los deberes y prepararse; los miles de millones
que cuesta el equipamiento no le sirven de nada en ese momento.
¿Cómo te preparas para las tormentas de la vida? Invirtiendo
tiempo en la Palabra
de Dios.
Es necesario conocer las Escrituras en profundidad para
"cualificarse" en navegar por ellas. Si esperas hasta que aparezcan
los problemas para encontrar un pasaje bíblico que te ayude, será demasiado
tarde. Un maestro de la Biblia
afirma: "Si tu boca alimentare la fe de tu corazón cuando no lo necesites,
tu corazón alimentará la fe de tu boca cuando sí lo necesites".
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no
descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra.. ." (Isaías
62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")