"Estáis muy equivocados porque ni conocéis las
escrituras." (Mateo 22:19 BLP)
¿Sabías que la mayoría
de los accidentes de aviones pequeños no se deben a fallos mecánicos sino a
errores del piloto? En la mayor parte de los casos el piloto no estaba
cualificado para volar por instrumentos, así que dependía de dos cosas que
pueden fallar:
1) La vista. Mientras los pilotos pueden ver carreteras, puentes
y puntos de referencia, vuelan con seguridad, pero cuando viene una tormenta o
les envuelve la niebla, tienen problemas.
2) Los sentidos. En términos aeronáuticos, el
problema se denomina "vértigo". Si le vendas los ojos a alguien, lo
sientas en una silla giratoria y le das unas cuantas vueltas y luego paras la
silla y le preguntas en qué dirección está girando, no te lo podría decir con
seguridad.
Tenemos un aparato muy
sensible en nuestro cerebro que funciona como un nivel de carpintero. La fuerza
centrífuga envía la burbuja a un extremo del nivel. Cuando ya no puede ir más
allá, empieza a volver, aunque la persona siga dando vueltas en el mismo
sentido. Por eso la persona tiene la sensación de parar y comenzar a girar en
el sentido contrario; aunque no es más que una sensación. Si no tuviera los
ojos vendados y pudiera ver, no haría caso a esas sensaciones ni tendría
ninguna dificultad en saber en qué dirección va. Se necesitan muchas horas de
entrenamiento en simulacros de tormentas para desarrollar la habilidad de volar
con certeza en la dirección que te indica el panel de control del avión sin
hacer caso al vértigo que sientas.
Recuerda lo siguiente:
Como hijo de Dios no debes dejarte llevar por la vista ni por los sentidos,
sino únicamente por las Escrituras.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no
descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra.. ." (Isaías
62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")