“Ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en
el calcañar.” Gén 3:15
Desde
principios de los tiempos Satanás y sus secuaces han estado en guerra con Dios.
Vemos ese conflicto cósmico muchas veces en las Escrituras (p. ej., Job 1; Dn.
10:13). Después del aparente triunfo de Satanás en causar la caída de la
humanidad, Dios predijo su final destrucción por el Mesías, que triunfaría
finalmente a pesar de un aparente revés (Gn. 3:15).
Como
resultado, Satanás trató de destruir el linaje mesiánico destruyendo al pueblo
de Dios. Cuando eso fracasó, trató de matar al Mesías niño (Mt. 2:16-18).
Cuando eso no dio resultado, trató de corromper al Mesías (Mt. 4:1-11). Al fracasar en ese intento, instigó a
las multitudes para que lo mataran. Incluso trató de asegurarse de que el
Mesías no pudiera salir del sepulcro.
Se ha dicho
que el infierno debe de haber estado en medio de su carnaval cuando llegó
Jesucristo. Es probable que estuvieran celebrando la victoria que con tanto
esfuerzo habían tratado de alcanzar, pero quedaron abruptamente desilusionados.
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)


