Dios le preguntó a
Ezequiel: “Hijo de hombre, ¿vivirán
estos huesos?” (Ezequiel 37:3)
Qué pregunta más
penetrante. Dios nos hace la misma pregunta hoy: “¿Pueden volver a la vida los
huesos secos de tu situación? ¿Puede volver a la vida tu hijo rebelde? ¿Pueden
venir a Cristo tus seres queridos inconversos?”.
Es una pregunta de fe:
“¿Crees que esto puede suceder?”. También es una cuestión de voluntad:
“¿Quieres que esto suceda? ¿Estás apenado por los huesos secos en tu vida?”. Si
su respuesta es no, eso es un signo de sequedad, una falta de unción espiritual
(pasión) sobre la oscura condición del mundo.
Esta fue la respuesta
de Ezequiel: “Señor Jehová, tú lo sabes” (37:3). Esta fue una respuesta de
confianza: “Señor, sólo Tú sabes estas cosas. Me has dado una visión de la
horrible muerte. ¿Estás sugiriendo que estos huesos pueden vivir? ¿Es realmente
posible?”. La pregunta había despertado la fe de Ezequiel. Era lo que Dios estaba esperando oír, y Él hace lo mismo con nosotros
para estimular nuestra fe.
“Me dijo entonces:
‘Profetiza sobre estos huesos’” (37:4). Una vez que nuestra fe se involucra,
una vez que hemos esperado en Dios y Él ha despertado nuestra fe, nos llama a
la acción. Él nos pide que “profeticemos”, es decir, que hagamos frente a
nuestra situación de huesos secos en fe. Tenemos que hablar vida en nuestras
familias, creyendo que Dios da poder a nuestras palabras. Debemos hablar vida
en nuestros trabajos, sabiendo que Él nos sostiene en su mano, no importa cuán
oscuro sea el entorno. Para hacer esto, Dios tiene que respirar Su vida en
nuestro ser: “Y pondré en vosotros espíritu, y viviréis” (37:6).
Dios hizo eso por
Ezequiel. El profeta testifica: “Profeticé, pues, como me fue mandado” (37:7).
¿Se puede decir lo mismo de tu caminar con Dios? “Proclamé bendiciones y paz a
las vidas de las personas. También dije cosas difíciles, les dije todo lo que
el Señor quería que yo dijera, y a través de todo, yo sabía que Él estaba
conmigo”. Ese es el poder de la proclamación del evangelio.
¿Qué sucedió cuando
Ezequiel profetizó en fe? “Hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un
temblor” (37:7). La palabra “ruido” aquí es la misma de Hechos 2, cuando el
Espíritu Santo infundió nueva vida a los discípulos en Pentecostés. Ezequiel
fue testigo de algo similar, ya que de pronto revivieron todos los huesos secos
en el valle, se llenaron de vida. Se unieron para formar cuerpos vivos: “Y
pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré
de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy
Jehová.” (37:6).
GARY WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)