“Heme aquí, envíame a mí.” Isaías 6:8
Dios quiere
un corazón dispuesto en el momento y en el lugar señalados que oiga sus
órdenes. También quiere un corazón lleno de la verdadera adoración. Todo el
afecto y el pensamiento del creyente deben ponerse en Cristo. Todas sus metas
se dirigen a Él. Él es suyo en definitiva.
¿Está
dispuesto usted? ¿Es un adorador? ¿Es su propósito en la vida concentrarse en
la persona de Cristo? El tener esa
actitud significa estar controlado por el Espíritu Santo, que es el único que
puede hacer que usted llame a Jesús Señor (1 Co. 12:3). Todos sus bienes,
todo su tiempo, toda su energía, todo su talento y todos sus dones deben estar
controlados por Él.
Eso también
significa estar concentrado en la
Palabra porque es en la Palabra donde se ve a Cristo. Se mira su gloria
en la Palabra. Así
como Cristo vino al mundo para dar su vida a fin de atraer a las personas hacia
sí mismo, usted debe hacer lo mismo.
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)