domingo, 30 de marzo de 2014

¿ERES ESCLAVO DE TUS EMOCIONES? 30 marzo

¿ERES ESCLAVO DE TUS EMOCIONES?


Por Lourdes Villarroel




“Es de sabios dirigir tu coraje hacia los problemas y no hacia las personas; enfocar tu energía en respuestas y no en excusas”. William Arthur Ward

Hace unos días, junto a unas amigas, organizamos un baby shower. Estábamos muy bien, nos divertíamos mucho con los juegos y la mamá estaba muy feliz por la sorpresa que le habíamos preparado. En medio de la reunión llegó uno de los amigos que invitamos, estaba de muy mal humor, ya que en su trabajo no le  había ido muy bien.

Al inicio no le prestamos mucha atención, pero conforme iban pasando las actividades que teníamos planeadas, nos cambió el buen humor por incomodidad, ya que cuando le pedíamos que participara en los juegos nos respondía de una manera brusca e indiferente. Varios nos pusimos incómodos por su actitud, nos preguntábamos unos a otros: ¿Qué culpa teníamos nosotros por lo que le pasó en su trabajo?

Esta situación me hizo reflexionar que con nuestras actitudes incorrectas podemos incomodar a las personas. Muchos esposos llegan a sus hogares con las cargas del trabajo y se desahogan con sus esposas e hijos, cuando eso no debería ser así. A muchos de nosotros nos cuesta separar las cosas del trabajo, de la iglesia o de la familia, ya que andamos llevando nuestros problemas de un lugar a otro. Esto nos trae serias dificultades, especialmente en el matrimonio, ya que va desgastando la relación con nuestro cónyuge e hijos.

Una de las cosas que admiro de mi esposo, es que independientemente de cómo haya estado su día en el  trabajo, siempre llega con una sonrisa en el rostro y hasta hace bromas que nos hacen reír a mí y a mi hija. Esta situación hace que nuestra relación se fortalezca.

Jesucristo nos enseña en su palabra que debemos aprender a controlar nuestra emociones y que debemos tener dominio propio sobre nuestro cuerpo, ya que reaccionando de la manera incorrecta podemos dañar a otras personas y más aún a nuestros seres queridos.

El autor y consejero M. Eddison menciona: “siempre imprimimos nuestros sentimientos y emociones en los demás” con lo que nos llama a la reflexión para identificar en qué estado emocional estamos antes de poder relacionarnos con los demás, por lo tanto debemos pedirle a Dios que afine y trate nuestras emociones.

Por ello, para tener una vida saludable es necesario tener una cita diaria con Dios, para que Él pueda forjar en nosotros un dominio propio y un carácter conforme a la voluntad de Dios.

No debemos permitir que las circunstancias que atravesamos y los problemas que enfrentamos afecten nuestro carácter y emociones negativamente.

“Una persona sin control propio, es como una ciudad con las murallas destruidas”. Proverbios 25:28 (NTV)

(Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ)







TRADUCCIÓN