sábado, 29 de marzo de 2014

EL TEMPLO O LA IGLESIA 29 marzo

EL TEMPLO O LA IGLESIA



Por Milagros García Klibansky






“¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?”  1 Corintios 3:16


“Así dice el SEÑOR de los ejércitos: "Vendrá un hombre cuyo nombre es Renuevo, porque El brotará del lugar donde está y reedificará el templo del SEÑOR."  Zacarías 6:12


En diversas ocasiones he escuchado a algunos hermanos quejarse de que en momentos de necesidad no han sido visitados por la iglesia a la cual pertenecen, pero que algunos hermanos han ido a verlos. En ese momento me doy cuenta de que el término 'Iglesia' no está adecuadamente definido en sus mentes.

En el Antiguo Testamento el templo era una construcción donde habitaba la Gloria de Dios, pero en Cristo, el templo es nuestro cuerpo, En Mateo, Marcos y Juan, se hace alusión al tema cuando Cristo expulsa a los cambistas del templo: “Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.” Juan 2.19. Esta frase, que fue incomprensible en aquellos momentos, fue una de las razones que esgrimieron para matarle, sin darse cuenta de que Él estaba hablando del templo que era su cuerpo, donde el Espíritu Santo de Dios habitaba.

Hoy no hay templo en el pueblo de Israel. Existieron 3 y todos fueron destruidos, quizá por que “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas” Hechos 17:24. Pero es muy significativo que algunos hombres, aun antes de Cristo, se dieran cuenta de que el templo no era precisamente el único lugar donde habitaba Dios. Así clamó Salomón cuando construyó el primer templo: “Pero ¿será posible que tú, Dios mío, habites en la tierra con la humanidad? Si los cielos, por altos que sean, no pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido!”

Definitivamente Dios no puede habitar entre paredes, así como la Iglesia no está contenida entre ellas porque la iglesia es el cuerpo de Cristo, es un organismo con vida, no es una sola persona, ni siquiera es el pastor, no son los líderes, no son sólo los hermanos con los que nos llevamos bien. La iglesia está compuesta por todos aquellos que aman a Dios, que han entregado su vida a Cristo y que lo han coronado como Rey y Salvador de sus vidas. De lo contrario, Cristo no hubiese dicho en Mateo 18.17 cuando se refería al hermano que peca contra otro: “Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano”.

Es claro que no se refería a las paredes de un templo que no pueden oír.

Entonces, si la iglesia es un grupo de personas unidas por un mismo sentir y esperanza en una promesa, ¿Cómo decimos que la iglesia no viene a vernos?

Yo soy la iglesia, tú eres la iglesia, la iglesia es una fortaleza, cada uno de sus miembros es un ladrillo y el cemento que los une y afianza es la sangre de Cristo.

Mis queridos hermanos, cada vez que un hermano te visita, te está visitando Cristo, Él es la cabeza y el Fundamento, nosotros su cuerpo, tenlo siempre presente.











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