EL TEMPLO O LA IGLESIA
Por Milagros García Klibansky
“¿No saben que ustedes son templo de
Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?” 1 Corintios 3:16
“Así dice el SEÑOR de los ejércitos:
"Vendrá un hombre cuyo nombre es Renuevo, porque El brotará del lugar
donde está y reedificará el templo del SEÑOR." Zacarías 6:12
En diversas ocasiones he escuchado a algunos hermanos quejarse de que en
momentos de necesidad no han sido visitados por la iglesia a la cual
pertenecen, pero que algunos hermanos han ido a verlos. En ese momento me doy
cuenta de que el término 'Iglesia' no está adecuadamente definido en sus
mentes.
En el Antiguo Testamento el templo era una construcción donde habitaba la Gloria de Dios, pero en
Cristo, el templo es nuestro cuerpo, En Mateo, Marcos y Juan, se hace alusión
al tema cuando Cristo expulsa a los cambistas del templo: “Respondió Jesús y
les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.” Juan 2.19. Esta
frase, que fue incomprensible en aquellos momentos, fue una de las razones que
esgrimieron para matarle, sin darse cuenta de que Él estaba hablando del templo que era su cuerpo, donde el Espíritu
Santo de Dios habitaba.
Hoy no hay templo en el pueblo de Israel. Existieron 3 y todos fueron
destruidos, quizá por que “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en
él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por
manos humanas” Hechos 17:24. Pero es muy significativo que algunos hombres, aun
antes de Cristo, se dieran cuenta de que el templo no era precisamente el único
lugar donde habitaba Dios. Así clamó Salomón cuando construyó el primer templo:
“Pero ¿será posible que tú, Dios mío, habites en la tierra con la humanidad? Si
los cielos, por altos que sean, no pueden contenerte, ¡mucho menos este templo
que he construido!”
Definitivamente Dios no puede habitar entre paredes, así como la Iglesia no está contenida
entre ellas porque la iglesia es el cuerpo de Cristo, es un organismo con vida,
no es una sola persona, ni siquiera es el pastor, no son los líderes, no son
sólo los hermanos con los que nos llevamos bien. La iglesia está compuesta por todos aquellos que aman a Dios, que han
entregado su vida a Cristo y que lo han coronado como Rey y Salvador de sus
vidas. De lo contrario, Cristo no hubiese dicho en Mateo 18.17 cuando se
refería al hermano que peca contra otro: “Si no los oyere a ellos, dilo a la
iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano”.
Es claro que no se refería a las paredes de un templo que no pueden oír.
Entonces, si la iglesia es un grupo de personas unidas por un mismo
sentir y esperanza en una promesa, ¿Cómo decimos que la iglesia no viene a
vernos?
Yo soy la iglesia, tú eres la iglesia, la iglesia es una fortaleza, cada
uno de sus miembros es un ladrillo y el cemento que los une y afianza es la
sangre de Cristo.
Mis queridos hermanos, cada vez que un hermano te visita, te está
visitando Cristo, Él es la cabeza y el Fundamento, nosotros su cuerpo, tenlo
siempre presente.