jueves, 20 de febrero de 2014

Relación cimentada en reglas 20 febrero




"Bienaventurados los que andan en la ley del Señor" Salmo 119:1


El salmo 119, el más largo de la Biblia con 176 versículos, es una canción de amor a la ley de Dios. Pero nunca entenderás el entusiasmo del salmista por un código moral hasta que imagines unos niños jugando al borde un precipicio. Sin una valla de protección, siempre estarán en peligro y no podrán relajarse. Pero con la valla, pueden jugar seguros y confiados. La ley de Dios es esa valla de protección que nos da una libertad extraordinaria. Sabemos que siempre llegará el momento en que un niño empiece a preguntarse qué hay al otro lado de la verja. Si no confía en quien la puso ahí, saltará al otro lado y caerá por el precipicio. Y si tiene mucha suerte y sobrevive, volverá diciendo, como el salmista: "Antes de sufrir anduve descarriado pero ahora obedezco Tu Palabra" (Salmo 119:67 NVI).

Pero hay algo más en esta ilustración. La ley de Dios no es únicamente una valla de protección, es también un espejo que nos revela que no podemos vivir de acuerdo a Sus normas sin Su ayuda. Cuando comprendemos que el creador de la valla nos ama y quiere lo mejor para nosotros, nos alegramos de poder estar dentro de ella. Los Diez Mandamientos empiezan así: "Yo soy el Señor, tu Dios..." (Éxodo 20:2), por lo tanto no mates, no robes, etc. Dios primero nos presenta la relación, luego estipula las normas que la rigen. La vida cristiana no es un asunto de reglas o relaciones, sino de reglas cimentadas en una relación. Es moralidad basada en una intimidad con Dios. Cuando captes eso, confiarás en Dios y en cualquier cosa que Él te pida.


"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra..." (Isaías 62:1-7)


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")






TRADUCCIÓN