“Si en mi corazón hubiese yo mirado a la
iniquidad, el Señor no me habría escuchado.” Salmo 66:18
Según el
versículo de hoy, ni siquiera se puede conversar con Dios, mucho menos crecer
espiritualmente, si se albergan pecados en el corazón. Por eso es tan esencial
la confesión.
Primero
tiene que estar dispuesto a aceptar el castigo de Dios por su pecado. Si piensa
que Él está obrando con rudeza, debe examinar su vida para ver si lo merece.
Por la misma razón que los padres deben castigar la mala conducta de un hijo,
Dios lo castiga a usted para que no repita sus errores.
Dios
también ha puesto un sistema de sentido de culpa en usted para su propio bien. La
vida espiritual sin sentido de culpa sería como la vida física sin dolor. El
sentido de culpa es un mecanismo de defensa; es como una alarma que funciona
para guiarlo a la confesión cuando usted peca. Es cuando usted tiene que
confrontar su pecado y reconocer delante de Dios que es una afrenta para Él.
Ese reconocimiento debe ser parte de su vida antes de que pueda crecer
espiritualmente, ya que elimina el pecado que lo detiene a usted.
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY)


