EL VALOR DE SER COMO NIÑOS
“En verdad les digo, que el que no
reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.” Marcos 10:15
“El niño de pecho jugará junto a la
cueva de la cobra, y el niño destetado extenderá su mano sobre la guarida de la víbora.” Is. 11:8
Siempre me ha llamado la atención la insistencia de Cristo en que
volviéramos a ser niños. He aprendido algo, un niño no racionaliza, no
intelectualiza, un niño vivencia sus sentimientos. Un niño que fue abandonado
por su madre o su padre siente un miedo atroz, raya en el pánico. El resto de
su vida, el solo pensamiento de la soledad le hará sentir pánico de nuevo
aunque esté más acompañado que nunca. Lo mismo sucede cuando un niño presencia
actos de violencia, ese miedo visceral será repetido con el solo pensamiento de
que esto pueda repetirse.
Cuando dejamos de ser niños hemos acumulado una experiencia a lo largo
del proceso de maduración de la personalidad que nos lleva a presuponer cosas
antes de que estas sucedan. Es muy sencillo, ante una acción determinada hay
una respuesta, la primera vez que esto ocurre es determinante de cómo van a ser
las siguientes respuestas a situaciones diversas en nuestra vida.
Asimismo imitamos conductas
aprendidas de nuestros padres terrenales; si la ira fue la respuesta que vimos en ellos a eventos
vitales, crearemos los mismos mecanismos de respuesta, nada de lo que somos es
casualidad, todo se fue formando a lo largo de la vida.
Cuando Jesús se refería a volver a ser como un niño, por supuesto que no
se refería a un acto de magia en el cual nos encogiéramos, Nuestro Señor se
refería a ir dejando todo el recelo con el cual llegamos a Él y comenzar a
confiar de nuevo, lograr quitar de nuestra mente toda predisposición adquirida
y permitir que esta sea desplazada por la inocencia del nuevo nacimiento, sin esto, realmente es muy difícil poder
convivir con nuestros hermanos, tenemos tantas heridas del camino que si no
nos sale una nueva piel, no podremos ni tocarnos unos a otros del dolor que
produciría hacerlo.
Cristo nos da esa nueva piel, nos da la posibilidad de nacer de nuevo,
ser un bebé en Él y comenzar a reaprender con un nuevo estilo a caminar por
iguales caminos, pero de su mano, esa es la diferencia.
Aprende a comprender tu nuevo nacimiento, deja tu mente como un papel en
blanco y comienza a escribir tu verdadera historia, tienes una nueva identidad,
confía, Él nunca te va a abandonar.
"El valor de ser como
niños" es parte 17 de la serie: "Los valores del Reino de Dios en
medio de un mundo en ruinas"


