“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa,
hacedlo todo para la gloria de Dios.” 1 Corintios 10:31
Cuando
usted confesó a Jesucristo como Señor, lo hizo para la gloria de Dios. Ahora
cualquier otra cosa que usted haga, aun las funciones más comunes de la vida
como comer y beber, debe enfocarse en la gloria de Dios. Esa debe ser la actitud fundamental de su vida.
Jesús
presentó ese enfoque de esta manera: “Honro a mi Padre... no busco mi gloria”
(Jn. 8:49,50). Usted crecerá espiritualmente cuando siga el ejemplo de Cristo
de someter su vida al señorío de Cristo, usted se caracterizará por su humilde
deseo de glorificar al Padre.
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY)