“[Abraham] tampoco dudó, por incredulidad, de la
promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios.” Rom 4:20
Decir que
se cree lo que Dios ha dicho es mucho más fácil que confiar en Él
verdaderamente. Por ejemplo, muchos que afirman que “Dios, pues, suplirá todo
lo que os falta conforme a sus riquezas” (Fil. 4:19) caen en la ansiedad cuando
afrontan dificultades económicas.
También la Biblia dice que, si damos
generosamente con los motivos correctos, Dios nos recompensará (Mt. 6:3-4).
Muchos dicen que creen también en ese principio, pero les resulta difícil
ponerlo en práctica. Muchos cristianos también temen a la muerte, aunque Dios
ha dicho que nos dará la gracia que necesitamos para afrontarla y que nos
llevará después al cielo.
Creer en
Dios significa que reconocemos su gloria, que es la suma de todos sus atributos
y la plenitud de toda su majestad. Si Él es quien dice que es, entonces se le
debe creer. Usted crecerá espiritualmente cuando le diga a Dios: “Si tu Palabra
lo dice, lo creeré; si tu Palabra lo promete, lo reclamaré; y si tu Palabra lo
ordena, lo obedeceré”.
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY)


