“Orad sin cesar. Dad gracias en todo.” Tesalonicenses
5:17-18
Cuando Dios
contesta la oración acerca de determinada situación, tenemos el privilegio de ser
parte de su obra y de alabarlo por ella. Cuando no participamos mediante la
oración, perdemos la oportunidad de darle gloria.
Suponga que
alguien fuera a una reunión de oración y dijera: “Ha ocurrido algo maravilloso:
la señora a quien le he estado dando testimonio ha entregado su corazón a
Cristo. Ahora es creyente y está aquí con nosotros esta noche. Gracias por orar
por ella durante estos últimos meses”. Las
personas presentes pueden alabar al Señor, en particular quienes habían estado
orando por la conversión de esa mujer.
Pero
también habría algunos que, aunque dando alabanza, no se sentirían como que han
participado porque no habían orado por la señora. Hay que participar en lo que
Dios está haciendo para que pueda alabar con sinceridad.
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY)


