“Tomando forma de
siervo, hecho semejante a los hombres.” Filipenses 2:7
La humanidad y la deidad de Cristo es una unión
misteriosa que nunca podemos entender plenamente. Pero la Biblia pone de
relieve ambas.
Lucas 23:39-43 da un buen ejemplo. En la cruz, “uno de
los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el
Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió,
diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a
la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros
hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas
en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo
en el paraíso”.
En su humanidad, Jesucristo fue una víctima, clavado sin
misericordia a una cruz después que lo escupieron, se burlaron de Él y lo
humillaron. Pero en su deidad le prometió al ladrón en la cruz vida eterna como
solo Dios puede prometer.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA
VERDAD PARA HOY)