"Como el águila que agita el nido. El Señor lo
guiaba." (Deuteronomio 32:11-12 NVI)
Un águila madre sabe
que si espera a que sus crías salgan del nido y vuelen por iniciativa propia,
nunca ocurrirá. Así que ¡las fuerza a salir! Es algo brusco, pero aprenden a
volar y cumplir con su destino. John Maxwell afirma: "Para lograr el éxito
debemos permanecer en aquello en lo que somos buenos, pero salir continuamente
de lo que nos resulta familiar. ¿Has logrado alguna vez algo significativo
quedándote en la comodidad?". Piénsalo. La repuesta es "no",
¿verdad? No nos gusta salir de lo familiar y conocido, nos resistimos. Preferimos sentirnos seguros y a salvo, no
queremos quedar como tontos ni darnos de bruces.
Y a medida que
envejecemos tendemos de forma natural a ser cada vez más apáticos, lo cual es
un problema porque la apatía mata la pasión, nos hace uno más del montón, nos
corta las alas y no nos deja remontar el vuelo por mucho que queramos. Que algo
salga bien en la vida supone mucho empeño y asumir riesgos. El dramaturgo George
Bernard Shaw dijo: "Estoy harto de los sensatos. Ven siempre todos los
motivos para no hacer nada". La pasión nos empuja a abandonar lo conocido
y cruzar el umbral de nuestra duda. Nos saca a empujones por la puerta para que
nos pongamos en marcha en el camino que Dios trazó para nosotros. Se dice que
cuando se te presenta la puerta de una buena oportunidad, no debes llamar ¡sino
empujar! Así que da un paso de fe, y toma la iniciativa, sabiendo que Dios está
contigo (Deuteronomio 31:6).
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")