A lo largo de las
Escrituras, Dios nos da una idea clara de lo importante que es obedecer Su
Palabra. Vemos un ejemplo así, en la vida del rey Saúl. Dios le dio a Saúl,
instrucciones claras y específicas a través del profeta Samuel: "Ve, pues, y hiere a Amalec, y
destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos" 1 Samuel
15:3
¿Acaso Saúl obedeció
esta orden del Señor? La Escritura nos dice: "Y Saúl derrotó a los
amalecitas…Y tomó vivo a Agag rey de Amalec…Saúl y el pueblo perdonaron a Agag,
y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de
los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir" (versículos
7-9).
Dios había hablado a
Saúl en términos clarísimos. Pero Saúl fue a la batalla, obedeció al Señor sólo
en parte. En vez de destruir a todos y a todo, perdonó el rey Agag y conservó
incluso algunos de los despojos de la batalla.
El dolor por esto
golpeó fuertemente a Samuel. Le dijo a Saúl: "Y Jehová te envió en misión
y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los
acabes. ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has
hecho lo malo ante los ojos de Jehová?" (Versículos 18-19).
En este punto, la
Escritura nos da una Palabra dolorosa, escalofriante: "Y vino palabra de
Jehová a Samuel, diciendo: Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha
vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras" (versículos 10-11).
¿Describe esto tu
vida? ¿Te ha dicho Dios sin lugar a duda
que trates con cierto hábito en tu vida, y sin embargo sigues aferrado a él,
negándote a renunciar a él? Su Espíritu puede estar hablándote ahora mismo,
con una voz suave, amorosa, diciéndote: "Tu pecado se interpone entre
nosotros, interrumpiendo nuestra comunión. Ya no puedo bendecirte mientras
persistas en ello. Confía que Mi Espíritu te ayudará, hijo mío".
Samuel le dijo a
Saúl: "Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e
idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él
también te ha desechado para que no seas rey" (versículo 23). Dios rechazó
a Saúl por su desobediencia.
Dios nos está
diciendo a través de este pasaje, que Él habla en serio. Él está diciendo:
"Yo te estoy mostrando lo que siento acerca de tu obediencia a mí. Quiero
todo tu corazón, ¡no sólo una obediencia a medias!"
DAVID WILKERSON - (Devocional Diario “ORACIONES”)


