"La maldición nunca viene sin causa" Proverbios
26:2
La escritora Stormie
Omartian se crió con una madre que le decía que no valía nada. Encerró en un
armario a su hija porque no podía "soportar verle la cara". Stormie
escribe: "Me crió una madre mentalmente enferma... y... su comportamiento
me dejó con sentimientos de culpabilidad, de inutilidad, de impotencia y con un
profundo dolor. Cuando llegué a la adolescencia, seguía encerrada -pero mis
limitaciones eran emocionales y no físicas-, invadida por un dolor profundo y
constante que se manifestaba en la autodestrucción y en un miedo paralizante.
Algunos años después [con ayuda de un psicólogo cristiano] aprendí que una
falta de perdón tan arraigada como la mía... debía arrancarse por etapas, una
detrás de otra.
Un día acabé orando: 'Señor, dame un corazón como el Tuyo
para con mi madre'.
Inmediatamente la vi en una visión como una mujer bella, divertida y con
talento que no se parecía a la persona que yo conocía... La vi como debería
haber sido tal y como Dios la creó y no como acabó siendo. ¡Qué revelación tan
extraordinaria! En un instante encajé las piezas de su pasado (la muerte
trágica de su madre... el suicidio de su querido tío y padre de acogida, sus
sentimientos de abandono, de culpa, de amargura y de falta de perdón...). Tocar
el corazón de Dios me dio tanto perdón para ella que cuando murió ya no le
tenía ningún rencor. De hecho, cuanto más la perdonaba, más recuerdos buenos me
traía el Señor a la mente...
Muchas veces las
personas son como son por la forma en que las moldeó la vida; solamente Dios
conoce su historia. Para disfrutar todo lo que Dios tiene para ti, ora para
pedir liberación y “deja a un lado el pasado". Sólo entonces podrás pasar
de página.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")