"...El Señor no mira lo que mira el hombre." 1 Samuel
16:7
El padre de David no
pensaba que éste estuviera capacitado para ser el siguiente rey de Israel. Así
que cuando Samuel llegó en busca del sucesor del rey Saúl, le presentó a su
hijo mayor Eliab, que era general en el ejército. A Samuel le impresionó.
"Samuel se fijó en Eliab y pensó: 'Sin duda que este es el ungido del
Señor'. Pero el Señor le dijo a Samuel: 'No te dejes impresionar por su apariencia
ni por su estatura, pues yo lo he rechazado...'" (1 Samuel 16:6-7 NVI).
"...El Señor no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que
está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón" (1 Samuel 16:7).
Cuando se trata del llamado de tu vida, sólo una opinión cuenta: ¡la de Dios! Para cumplir con su destino, David tuvo que
sobreponerse a la opinión que su familia tenía de él.
Un autor escribe:
"Cuando veas que alguien hace un gran cambio a mitad de su vida
profesional, puedes estar casi seguro de que esa persona ha estado viviendo un
ideal que no era el suyo y ha perdido su propio camino". El ganador del
Premio Nobel de literatura Joseph Brodsky observó: "La tarea de uno
consiste, antes que nada, en dominar la propia vida, que no venga impuesta ni
prescrita desde afuera, a pesar de lo noble que aparente ser. A cada uno se nos
da una sola vida, y sabemos muy bien cómo acaba todo. Sería lamentable
desperdiciar esta única oportunidad tratando de tener la apariencia y la
experiencia de otros". No es tarde para ser lo que Dios quiere que seas y
para hacer lo que Él quiere que hagas. Si has estado viviendo el sueño de otra
persona, pídele a Dios que te dé el tuyo propio y Él te lo dará.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no
descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra.. ." (Isaías
62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


