“Si el vivir en la carne
resulta para mí en beneficio de la obra.” Filipenses 1:22
El apóstol Pablo consideraba que estar vivo en el mundo
físico es sinónimo de trabajo fecundo para Cristo. Su empleo de la palabra
“obra” se refiere a su trabajo espiritual para el Señor, que da frutos espirituales.
Pueden verse los frutos espirituales en las personas, en las obras y en las
palabras; en todo lo que sea de valor eterno. Esa clase de frutos resulta del
trabajo arduo, que es la actividad natural de los santos en la tierra.
Pablo tenía un gran deseo
de dar fruto. Quería que los filipenses confiaran en
Cristo y fueran fortalecidos para la evangelización (Fil. 1:26-27). Nos
recuerda al salmista que dijo: “Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y
hasta ahora he manifestado tus maravillas. Aun en la vejez y las canas, oh
Dios, no me desampares, hasta que anuncie tu poder a la posteridad” (Sal.
71:17-18). Ese anciano quería vivir bastante tiempo para declarar el poder de
Dios a la próxima generación. ¡Qué Dios le conceda a usted ese mismo privilegio!
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA
VERDAD PARA HOY)