PENSAMIENTOS PARA ESTA NAVIDAD
Por Carlos Scott
-¡LA LUZ RESPLANDECE! JUAN 1:5
El capítulo primero
de Juan está lleno de sorpresas y la más grande de todas es que Dios entró en
la historia humana. La escritura nos dice que Dios se hizo hombre en la persona
de Jesucristo (Juan 1:14). “Dios se ha metido donde estamos nosotros y nos
entiende desde adentro” [1]. Juan
nos dice que “en él estaba la vida y la vida era la luz de la humanidad” (Juan 1:4).
Jesucristo no solo
nos da la vida sino también la luz que nos guía en esta vida. Es una luz que
resplandece en las tinieblas y las tinieblas no pueden extinguirla (Juan 1:5).
Es un mensaje de esperanza en medio del dolor y el quebranto.
Vivimos tiempos en
que muchas veces nos sentimos amedrentados por las circunstancias que nos toca
vivir, por un contexto errático, con pérdida de valores y falta de temor a
Dios.
La impresión es que
muchas veces la última palabra la tiene el sistema o poder imperante, los
medios de comunicación, el mercado, la
pauta cultural, gobiernos, políticos, periodistas o jueces.
Juan escribe a
personas afligidas por las tinieblas. Les
da ánimo con su anuncio. ¡La luz resplandece! y quiere animar a los que sufren
para que sigan adelante. Es una luz que puede guiarnos en medio de las
tinieblas de nuestros conflictos, de los grandes problemas y circunstancias
adversas. Junto con la visión de la majestad de Jesucristo (Juan 1:1-3) nos
encontramos con esta buena nueva que la luz triunfa sobre la oscuridad y no
puede ser vencida. Esta luz verdadera ha venido a este mundo para alumbrar a
todo ser humano (Juan 1:9).
La luz vence y nos da
valor para continuar. La verdad prevalecerá sobre la mentira, la justicia sobre
la injusticia, el amor sobre el odio. ¡No te rindas jamás! No te dejes vencer
por lo malo. No te inclines a la oscuridad, a las reglas del sistema o el
mercado a costa de darle la espalda a Dios. Una vez más Jesús nos dice: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue
no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” Juan 8:12.
-¡HEMOS CONTEMPLADO SU GLORIA!
“El Verbo se hizo
hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que
corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad” Juan 1:14. “Que vean mi gloria, la gloria que me has
dado…” Juan 17:20-24.
¿Qué gloria le dio el
Padre a Jesucristo? ¿Qué tipo de gloria quiere que veamos y contemplemos? ¿En
qué consiste la verdadera gloria?
La gloria que Dios le otorga a Jesucristo tiene una
relación directa con la encarnación. Dios se hizo hombre en la persona de
Jesucristo y Juan nos dice que hemos contemplado su gloria. Es una
manifestación de servicio y entrega. Se identificó con los temas y problemas de
la gente. Su modelo implica sacrificarse por los demás y buscar su bienestar.
La encarnación es el modelo para la misión de la Iglesia (Juan 20:21).
Somos desafiados a buscar una gloria diferente. Es la gloria de
aprender a lavarnos los pies unos con otros (Juan 13:12-17). Es la gloria del
amor. “Que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también
ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo sabrán que son mis
discípulos, si se aman los unos a los otros” Juan 13:35-35.
Es la gloria de servir a todos, ser pequeños y humildes. En Jesucristo
tenemos el modelo del amor, servicio, perdón y reconciliación. “Porque ni aún
el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida
en rescate por muchos” Marcos 10:45.
Que sepamos ver su
gloria caracterizada por la relación entre Padre, Hijo y Espíritu Santo desde
antes de la creación y durante toda la vida de Jesús. El desea que su pueblo
sea lleno de su vida y amor. La gloria que busca Dios está íntimamente ligada
con la evangelización, la misión y unidad de la Iglesia. Dios «no quiere que ninguno perezca, sino que
todos procedan al arrepentimiento» 2 Pedro 3:9 «Hemos sido enviados al mundo para
amar, servir, predicar, enseñar, sanar y liberar» [2] y «Cada persona tiene derecho a oír las Buenas Nuevas» [3]. “Sean Uno, así como nosotros somos
uno” Juan 17:22.
-¡EMANUEL!, “DIOS CON NOSOTROS”
Mateo al comenzar el
evangelio indica que la presencia de Jesús es prometida para Israel: «La virgen
concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamaran Emanuel» (Que significa «Dios con
nosotros») Mateo 1:23 y las últimas palabras de este mismo evangelio de Mateo
dice: «Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo»
Mateo 28:20b. En el final de su evangelio su presencia es prometida para todos
los discípulos donde estos se encuentren.
Mateo toma la expresión “con ustedes” y “hasta
el fin del mundo” de la palabra Emanuel que es “Dios con nosotros” citado en Isaías 7:14 y Mateo 1:23. La permanencia de Jesús
está relacionada con el compromiso de sus seguidores con la misión. En el
proceso de hacer discípulos Jesús permanece con todos aquellos que se
comprometen a estar en su seguimiento.
“En el Antiguo Testamento la presencia del Señor se enfatiza especialmente cuando la misión es peligrosa (Josué 1:5, Isaías 43:1-13)” [4]. Algunos pueden preguntar ¿Por qué involucrarnos en la misión de Dios cuando hay peligros? La respuesta es que nos involucramos en la misión porque Jesús está con nosotros. Dependemos de la palabra sencilla de Jesús, no de algo espectacular o determinadas seguridades. Es precisamente aquí donde debemos volver a confiar en la palabra sencilla de Jesús y toda la escritura.
“En el Antiguo Testamento la presencia del Señor se enfatiza especialmente cuando la misión es peligrosa (Josué 1:5, Isaías 43:1-13)” [4]. Algunos pueden preguntar ¿Por qué involucrarnos en la misión de Dios cuando hay peligros? La respuesta es que nos involucramos en la misión porque Jesús está con nosotros. Dependemos de la palabra sencilla de Jesús, no de algo espectacular o determinadas seguridades. Es precisamente aquí donde debemos volver a confiar en la palabra sencilla de Jesús y toda la escritura.
La última palabra la tiene nuestro Dios. Es el principio
y es el final, es la primera y última palabra para la humanidad.
«Jesús se acercó
entonces a ellos y les dijo: Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la
tierra» (Mateo 28:18). Su autoridad no solamente la tiene sobre la tierra sino
también sobre el cielo. Su autoridad es de extensión universal. Por lo tanto,
“Si Jesús, en realidad, es Señor de todo, esta realidad tiene que ser
proclamada” [5]. Jesús nos dijo: “Por tanto vayan y hagan discípulos” (Mate 28:19).
El hecho que Jesucristo es el Señor y Rey de todo implica una misión global. Su
reinado y victoria es final. Se cumple o se cumple, no hay medias tintas o
marcha atrás. “Su reinado no tendrá fin”
Lucas 1:33.
Celebremos su
nacimiento no solamente para mirar, ni aun para admirar, sino para compartir su
misión. El que era rico se hizo pobre para que nosotros mediante su pobreza. Seamos
ricos. ¡Que esta sublime generosidad de Dios se exprese en generosidad
nuestra! “Las costas lejanas esperan su
enseñanza” Isaías 42:4.
Carlos Scott
Misión Local y Global (GloCal)
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[1] Slade, Stan. El evangelio de Juan. Comentario Bíblico
Iberoamericano, P. 40, Ediciones Kairos,
2006
[2] Bosch, David Jacobus: Misión En Transformación: Cambios
De Paradigma En La Teología De La Misión. Grand Rapids, Mich. : Libros Desafío,
2000, p. 503
[3] Misión y Evangelización-Una afirmación ecuménica
(Documento del Consejo Mundial de Iglesias sobre la misión y la evangelización,
ME 10, publicado en 1982)
[4] Bosch, David Jacobus: Misión En Transformación:
Cambios De Paradigma En La Teología De
La Misión. Grand Rapids, Mich. : Libros Desafío, 2000, pp 106
[5] Bosch, David Jacobus: Misión En Transformación:
Cambios De Paradigma En La Teología De
La Misión. Grand Rapids, Mich. : Libros Desafío, 2000, pp 107