lunes, 2 de diciembre de 2013

No me avergüenzo (2) 2 diciembre




“…No me avergüenzo del evangelio…” Romanos 1:16


Como seguidor de Cristo, puedes decir también: “…No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree…” (Romanos 1:16). Nuestro evangelio no es educación, ni sofisticación, sino salvación. No es reforma ni rehabilitación, sino redención de la culpa y el poder del pecado. Dice la Biblia: “…Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). No eres como un vehículo viejo al que le cambian algunas piezas del motor; eres un modelo totalmente nuevo. Fijémonos en las palabras “a todo aquel que cree”. Al depositar tu confianza en Cristo, todos tus pecados son perdonados, eres revestido de Su justicia, totalmente aceptable a los ojos de Dios y cualificado para ir al cielo.

A lo mejor te preguntas: “¿Tiene que ser larga la oración de salvación?” El ladrón de la cruz oró en nueve palabras: “Señor, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lucas 23:42). El cobrador de impuestos del templo dijo seis: “…Dios, sé propicio a mí, pecador” (Lucas 18:13). Cuando Pedro se estaba hundiendo en el mar de Galilea sólo pronunció dos palabras: “¡Señor sálvame!” (Mateo 14:30). Y lo bueno es que a todos ellos los salvó Jesucristo.

Y si quieres saber cómo puedes recibir ese poder transformador de vidas, la respuesta es “Por Fe”, “Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que cree en Él, no será avergonzado” (Romanos 10:10-11).


"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra..." (Isaías 62:1-7)


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")






TRADUCCIÓN