"Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si
por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la
llama arderá en ti." Isaías 43:2
No hay ningún puente: hemos de pasar por las aguas, y
sentir el ímpetu de las corrientes. La presencia de Dios en toda inundación es
mejor que cualquier transbordador. Hemos de ser probados, pero saldremos
triunfantes, pues el propio Jehová, que es más poderoso que las muchas aguas,
estará con nosotros. Él podría parecer alejado de Su pueblo en otras
circunstancias, pero de seguro estará con ellos en las dificultades y en los
peligros. Las aflicciones de la vida podrían alzarse a una extraordinaria
altura, pero el Señor estará a la altura de cualquier ocasión.
Los enemigos de Dios podrían poner peligros de su propia
hechura en nuestro camino, es decir, persecuciones y crueles mofas que son como
un ardiente horno de fuego. ¿Qué pasa entonces? Pasaremos por los fuegos.
Estando Dios con nosotros, no nos quemaremos; no, ni siquiera el olor del fuego
se nos impregnará.
¡Oh, la maravillosa seguridad del peregrino nacido del
cielo y destinado al cielo! Las muchas aguas no lo ahogarán, ni los fuegos lo
quemarán. Tu presencia, oh Señor, es la protección de los santos frente a los
múltiples peligros del camino. He aquí, en fe me entrego a Ti, y mi espíritu
entra en el reposo.
CHARLES SPURGEON - (DEVOCIONAL "MEDITACIÓN DE HOY")
CHARLES SPURGEON - (DEVOCIONAL "MEDITACIÓN DE HOY")