"...Y preguntas:
"¿quién es el que me ha tocado?" Lucas 8:45
"...Una mujer que padecía de flujo de sangre desde
hacía doce años... se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto. Al
instante se detuvo el flujo de su sangre. Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que
me ha tocado? Todos lo negaban, y dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro,
la multitud te aprieta y oprime, y preguntas: "¿Quién es el que me ha
tocado?" Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado, porque yo he sentido que
ha salido poder de mí. Entonces, cuando la mujer vio que había sido
descubierta... le declaró delante de todo el pueblo por qué causa lo había
tocado y cómo al instante había sido sanada.
Él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz" (Lucas 8:43-48).
¿Qué espíritu se manifiesta en este episodio?: Un
espíritu poco discernidor. Observemos las palabras de Pedro: "Maestro, la
multitud te aprieta y oprime, y preguntas: "¿Quién es el que me ha
tocado?" Debes entender que Jesús
puede discernir entre un toque normal y un toque de fe. La fe accede a Su
poder y da resultados positivos. Notemos que esta mujer tocó "el
borde" del manto de Jesús. Lo último que una costurera hace cuando
confecciona una prenda es coser el borde o dobladillo. Por lo tanto, el borde
aquí representa el trabajo concluido. La misma espalda que llevó la cruz, que
perdona nuestros pecados también llevó las llagas que sanan nuestras
enfermedades. "...Por su llaga fuimos nosotros curados" (Isaías 53:5
RV 1960).
¿Qué necesitas hoy? ¿Perdón de pecados? ¿Sanidad física?
Acércate a Jesús en fe, tócalo y tú también serás restaurado.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")