"...Cuando me
busquéis de todo corazón" (Jer 29:13 LBLA)
A Dios no Ie conmueve tu elocuencia, ni tus muchas
palabras; a Él le conmueve un corazón que presenta las cargas del día delante
del altar, entregando todo dolor al poder del Dios poderoso. ÉI puede hacer
todo aquello que creas en fe. "Todo lo que pidáis orando, creed que lo
recibiréis, y os vendrá" (Marcos 11:24). Tu confianza en la oración no
está basada en tu capacidad de hablar, sino en la disposición de Dios de escucharte
y comprenderte. ÉI sabe bien lo que quieres decir. Dice un antiguo himno
cristiano: "¡Oh cuántas veces tuve en Ti auxilio en ruda tentación! ¡Y
cuántos bienes recibí mediante ti, dulce oración!". O bien aprendes a orar
o te harás un experto en preocuparte. Dios
manejará todo lo que Ie entregues; pero lo que te guardas, tendrás que
manejarlo tú solo. Desde el punto de vista espiritual, si lo das todo y no
recibes nada, te abrumarás bajo el peso de la preocupación.
¿Es así como te encuentras hoy? Entonces, la solución es
orar. La oración restaura lo que agota la vida. Cuando oras, estás diciendo:
'Señor, Tú eres mucho más competente para tratar con esto que yo, y confío en
que lo harás'. Cuando oras así, el corazón de tu jefe está en las manos de Dios,
la intervención quirúrgica que te aterroriza está en Sus manos, tus hijos y tus
finanzas están en Sus manos.
Dios está listo para acudir en tu ayuda; lo único que
tienes que hacer es orarle de todo corazón. "Encomienda al Señor tu
camino, confía en ÉI y ÉI hará" (Salmo 37:5).
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")