“Lo que aprendisteis y
recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced.” Filipenses 4:9
En el versículo de hoy, el apóstol Pablo subraya que los
creyentes de Filipos necesitaban practicar lo que aprendieron, recibieron,
oyeron y vieron en su vida.
En primer lugar, aprendieron de su instrucción personal,
que incluía la predicación, la enseñanza y la disciplina (cp. Hch. 20:20). Él
presentaba las verdades del Antiguo Testamento y el significado de la revelación
del Nuevo Testamento, explicando cómo se aplicaban a la vida de ellos.
Además, lo que
recibieron de Pablo era la revelación directa de Dios. La Biblia pone en claro que Pablo recibió directa
revelación del Señor y luego la dio a conocer a los creyentes (cp. 1 Co. 11:2;
15:1-3; 1 Ts. 4:1).
De otras fuentes también oyeron acerca del carácter, de
la manera de vivir y de la predicación de Pablo. Estaban conscientes de su
impecable reputación. Y lo que vieron los creyentes de Filipos en Pablo sabían
que era cierto por experiencia propia. Al igual que la de Pablo, su vida debe
ser digna de imitación por los demás creyentes. Así que “sed hacedores de la
palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Stg.
1:22).
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA
VERDAD PARA HOY")