"...Pedid, y
recibiréis, para que vuestro gozo sea completo" Juan 16:24
Si tus oraciones no están siendo respondidas, pregúntate
lo siguiente:
1) ¿Cómo está mi
relación con el Señor? "Si en mi corazón
hubiera yo mirado a la maldad, el Señor no me habría escuchado" (Salmo 66:18).
Cualquier cosa que afecte tu relación con Dios negativamente, también afecta
tus oraciones. La amistad te da favor; la intimidad te da acceso. Jesús dijo:
"Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo
que queráis y os será hecho" (Juan 15:7).
2) ¿Cómo es de firme mi
fe? "...Sin fe es imposible agradar a Dios.
Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que Él existe y que recompensa a
los que lo buscan con sinceridad" (Hebreos 11:6 NTV). Hagamos hincapié en
tres aspectos:
a) Creer. El deseo más profundo de Dios es que lo creamos,
independientemente de cómo sean nuestras emociones o las circunstancias.
b) Con sinceridad (diligencia). Cuando ores, pon todo tu
corazón y tu alma en ello. Pablo habla de "[luchar] en oración"
(Colosenses 4:12 NVI).
c) Él. Dios no es una "fuerza en el espacio", es
tu Padre Celestial que "sabe que tenéis necesidad de todas [estas
cosas]" (Mateo 6:32). Tu mayor énfasis al orar no debería ser satisfacer
tus necesidades sino edificar tu relación con Dios.
3) ¿Soy paciente? "Hasta que llegó el tiempo de Dios, Él probó su
paciencia" (Salmo 105:19 parafraseado). José fue probado en toda promesa
que Dios le había dado. Podemos oír a Satanás susurrándole al oído: '¿No era el
sueño de Dios ponerte en autoridad? ¿Qué haces en la cárcel?' Pero en realidad
la prisión no era lo que parecía, sino que allí se forjó su destino. José vio
cumplida la promesa de Dios -en Su tiempo-. Él también tiene un tiempo
apropiado para la tuya.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")