“Ninguna disciplina al
presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto
apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.” Hebreos 12:11
El considerar una prueba como algo que causa gozo es algo
que requiere disciplina, ya que el gozo no es la reacción humana natural ante
las aflicciones. El cristiano tiene que hacer un compromiso consciente para
afrontar cada prueba con una actitud gozosa. Pablo estaba preso en Roma cuando
dijo a los filipenses: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo:
¡Regocijaos!... he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación”
(4:4, 11). Él había aprendido a estar
contento y a regocijarse en medio de las pruebas. Eso no es algo que sucede
por casualidad.
Cuando vea llegar una prueba, asuma una actitud de gozo
que resulta de esperar lo que la obra perfeccionadora del Señor hará a través
de la prueba. Debemos estar convencidos de que vamos a afrontar las pruebas con
una actitud alegre. Es el gozo de quien considera un privilegio que se pruebe
su fe porque sabe que la prueba lo acercará más al Salvador. Entonces una
prueba será un amigo recibido con agrado.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA
VERDAD PARA HOY")


